Ese nudo en la garganta
Como si tuvieras una piedra en la tráquea, se forma algo, justo ahí, que te impide tragar con facilidad, que te pone más nervioso de lo que ya estás, que conlleva más que ese simple hecho de tener un nudo en la garganta.
Y ahora estoy aquí, besando la gloria, derramando lágrimas de alegría desde esa final de Turín, de rabia en Tblisi, y más de alegría en Varsovia. ¿Sabéis qué? Os voy a confesar que esta es la primera final de Copa del Rey que verdaderamente voy a vivir de mi equipo, ya que las anteriores, debido a mi poca afición al fútbol en esa época, ni recordarlas puedo. Y eso me hace sentir un niño de 5 años que se pone nervioso con su padre para disfrutar de su equipo en una final. Pero, ni ya tengo cinco años, ni mi padre es sevillista.
Y me seguiré lamentando por "perderme" la primera en Eindhoven, la segunda en Glasgow... Pero, reflexiono. ¿Y todos aquellos y aquellas que se dejaron piel, alma y dinero en un Sevilla que nunca besó los labios de la gloria en Europa? ¿Acaso no se lamentarían? ¿Acaso no estoy yo viviendo el mejor momento de la historia del Sevilla FC? Somos, realmente, afortunados por ver a nuestro equipo estar donde está, aunque algunos no sepan valorarlo y, como todos sabemos, esto no durará para siempre, así que apreciémoslo, que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos.
Y en estos tiempos en los que Biris Norte, alma de Nervión y de cada estadio que pisan, son vetados, vejados, humillados, sancionados por un directivo fascista, pongamos de nuestra parte, combatamos con armas más fuertes de las suyas para poder recordar las finales como un espectáculo en el campo y en las gradas, y no como un cementerio de espectadores, lo cuál quiere conseguir Tebas.
Y sí, otra final, otra más, otra de esas 13 en 10 años, números increíbles, unos hablan de "Níspero", otros de flor en el culo, otros de suerte desde la primera ronda hasta tener la posibilidad de jugar contra el FC Barcelona en una final... Yo prefiero llamarlo esfuerzo, unión, casta, coraje, ilusión. Otra vez, Sevilla, me llevaste una final. Y te pediré una última cosa, que esta locura no termine, al menos, hasta que pueda enseñar a otra generación lo que es amar a un club. ¡Volvemos a vernos las caras, FC Barcelona!
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