Análisis Táctico | Tan cerca pero esta vez no tan lejos

En lo que fue un verdadero partidazo, el Sevilla FC cayó por 3-2 ante el Real Madrid y por segundo año consecutivo vio como su sueño de obtener la Supercopa de Europa quedó trunco ante uno de los dos gigantes de España. Más allá de las bajas con las que llegaba a Trondheim, el cuadro de Zinedine Zidane no dejaba de ser un peligro absoluto y los rojiblancos lo sometieron durante un importante tramo del encuentro, mostrando un buen nivel colectivo y varios de los conceptos que el Jorge Sampaoli pretende ver en el campo de juego.



Como ya se había visto en los amistosos de pretemporada - que terminaron todos en victoria-, el Sevilla saltó al campo de juego con un 3-4-1-2 muy flexible que suele variar hacia un 3-4-3 y/o un 4-3-3 a lo largo de los 90 minutos. El once inicial que plantó Jorge Sampaoli fue el siguiente: Sergio Rico; Nicolás Pareja, Kolodziejczak, Carrico; Kiyotake, Iborra, N'Zonzi, Mariano Ferreira; Franco Vázquez; Vitolo y Luciano Vietto. 

Los primeros minutos encontraron a los pupilos de Jorge Sampaoli sosteniendo el balón sin mayores dificultades ante un rival que lo esperó con un 4-1-4-1 tratando de forzar una pérdida cerca del área con Isco y Kovacic como lanzadores y el trío Lucas Vázquez-Morata-Asensio listos para salir en velocidad de cara a portería. El ex entrenador de la selección chilena tardó cinco minutos en retrasar a Mariano debido a dos jugadas en las que la defensa no logró controlar a Isco, quedando los andaluces con un clásico 4-3-3 en los albores del partido.

Ante las lógicas dificultades del Sevilla para salir jugando al ras del césped, sobre todo debido a la presión que ejercieron desde el primer minuto Carvajal y Marcelo por los costados, el monopolio de las acciones de riesgo perteneció al cuadro merengue durante el tramo inicial. Ni Mariano ni Carrico lograron controlar los embates del Real Madrid que logró hacer trabajar a Sergio Rico dos veces antes de llegar al primer cuarto de hora aunque sin demasiado peligro.

A la hora de retroceder, el dibujo táctico se convertía en un 4-2-3-1 con Iborra e N'Zonzi en el doble pivote, Kiyotake y Vitolo abiertos como exteriores, Vázquez centralizado como enlace y Vietto como único punta con funciones de repliegue. El buen funcionamiento del centro del campo sevillista contrastó notoriamente con una línea de fondo que sufrió mucho cada vez que Asensio y Lucas Vázquez atacaron a balón dominado, logrando a los 17' una chance muy clara luego de un centro del primero que Morata no llegó a empujar por muy poco.

Cuando el trámite parecía haberse calmado debido al buen toque - sin profundidad pero con precisión- de los de Sampaoli, un error grosero en la salida por parte de los centrales derivó en Asensio que desde tres cuartos dejó parado a Rico, mirando como el esférico ingresaba directamente en el lateral de portería sin poder hacer nada al respecto. Con 22' en el reloj, este verdadero golazo fue lo que logró despertar al Sevilla y hacerlo cambiar la velocidad de mitad de campo en adelante.

Franco Vázquez, Kiyotake y Mariano se soltaron por las bandas y comenzaron a asediar el arco defendido por Kiko Casilla, aunque sin demasiada puntería más allá de los mejorados movimientos colectivos. La tenencia inerte y lateralizada quedó sepultada debido al esquema del rival que con su presión alta logró convertir al duelo en uno de ida y vuelta. Carrico movió el amperímetro desprendiéndose de su posición sobre el lateral y rematando con mucha potencia de media distancia, forzando a Casilla a una tapada notable sobre los 30' de juego.

Los de Sampaoli siguieron intentando quebrar la muralla blanca a pura dinámica en el centro del campo, pero en los metros finales nunca pudo encontrar la precisión necesaria como para colocar a alguno de sus delanteros cara a cara con Casilla. Además, ante cada pérdida sufrió horrores con el contragolpe, cometiendo una gran cantidad de infracciones evitables para evitar que los jugadores del Real Madrid obtuviesen ventaja numérica en velocidad.

Cuando parecía que el equipo de Zidane se iría merecidamente con ventaja al entretiempo, Carrico encontró a Mariano con un gran cambio de frente, el lateral tocó de primera con Vietto y el centro hacia la medialuna del ex Atlético de Madrid fue capitalizado por el Mudo Vázquez con un zurdazo cruzado letal que dejó sin respuesta a Kiko Casilla y empató el marcador en un gol.

Los blancos no se paralizaron a pesar de la sorpresa y en la jugada posterior tejieron muy bien por el costado de Lucas Vázquez y el canterano lanzó un muy buen centro que Morata conectó aunque sin dirección como para doblegar a Rico ya a segundos del cierre de la primera parte. Habiendo dejado algunas pinceladas de lo que se vería en el complemento, los dirigidos por Jorge Sampaoli se dirigieron a los vestuarios con la sensación de que era posible salir victoriosos a pesar del buen funcionamiento exhibido por el Madrid.




Los segundos 45 minutos iniciaron de una forma similar al primer tiempo, con el Real Madrid proponiendo y buscando por los costados y el Sevilla intentando salir desde su portero con mucha prolijidad pero retrasándose de una manera demasiado peligrosa. Sampaoli sacó de la cancha a Carrico y colocó en su lugar a Rami a los cinco minutos en una variante puesto por puesto solo comprensible por una cuestión física antes que un problema futbolístico o táctico.

Lucas Vázquez siguió siendo una pesadilla para el fondo sevillista, esta vez ganándole la espalda a Kolo luego de un pase en profundidad de Kovacic, finalizando la jugada en un centro por lo bajo que Pareja rechazó antes de que Morata empujase el balón al fondo de la red. Los de Zidane continuaron superando la línea defensiva rival con excesiva facilidad, ya sea construyendo con paciencia o atacando el espacio vacío con salidas en largo.

Acto seguido, Marcelo vio el césped libre por la derecha, tocó con Asensio y este superó sin problemas a Mariano para luego habilitar en la medialuna a Isco. El ex Málaga enganchó ante Rami y sacó un disparo cruzado que salió pegado al parante derecho, dibujando una mueca de preocupación en la cara de Sampaoli.

Pero a pesar del panorama complicado, poco a poco la presión alta del Sevilla comenzó a funcionar debido a la pasividad de su contrincante que siguió esperándolo en el círculo central sin tapar la salida. Aquí se pudo entender la variante realizada por el entrenador del Sevilla, ya que Rami debido a sus características es un jugador que le permite al equipo sostenerse en el centro del campo liberando a los laterales como exteriores y dándole a N'Zonzi la posibilidad de jugar más cerca del Mudo Vázquez.

Zidane tomó nota de lo que estaba sucediendo y realizó su primer cambio: Karim Benzema reemplazó a Álvaro Morata para hacer salir a todo el equipo del propio campo. De manera automática, Vázquez y Asensio volvieron a activarse y a complicar al Sevilla por las bandas, ahora con la amenaza de Benzema latente en el punto penalti. Luego de que Sergio Ramos asustase con un cabezazo bien detenido por Rico, Zidane colocó a Luka Modric en lugar de Isco para seguir avanzando sobre campo rojo.

La réplica desde el banquillo del Sevilla fue la ideal, pues el ingreso de Yevhen Konoplyanka en lugar de Luciano Vietto le dio la explosión necesaria en los metros finales. Un penal cometido por Sergio Ramos le permitió al ex Dnipro marcar el 2-1 en favor de los de El Nervión con menos de 20' por delante. La entrada de James Rodríguez al campo de juego abrió espacios para los andaluces, algo muy bien leído por Sampaoli que dispuso del ingreso de Matías Kranevitter en lugar de Vicente Iborra.

Durante 15', el Sevilla jugó un fútbol del más alto nivel, con Kranevitter y Vázquez manejando los hilos del partido y enloqueciendo a un Real Madrid desesperado por encontrar una salida en falso de su rival. Pero una desinteligencia sobre la banda por parte del ex Palermo y Konoplyanka generó una nueva subida de Lucas Vázquez y un cabezazo en soledad de Sergio Ramos bajo el arco para marcar el 2-2 en el minuto final de descuento.




La prórroga encontró al Sevilla agotado luego de 90 minutos de un desgaste bestial en los que el triunfo estuvo muy cerca. El Real Madrid salió a atropellar desde la primera jugada y consiguió generar tres ocasiones de mucho riesgo en los pies de Benzema, James y Modric, además de lograr la expulsión de Kolo por doble amarilla.

El segundo tiempo adicional fue un monólogo escandaloso del cuadro blanco, que disparó sin cesar a portería con casi todos sus jugadores apostados a pocos metros del arco defendido por Sergio Rico. Tácticamente, el 4-1-4-1 se convirtió en un 4-3-3 completamente vertical y dinámico que dejó en evidencia el cansancio y el trabajo que aún falta en el Sevilla en el aspecto defensivo. Lucas Vázquez y James Rodríguez chocaron contra las manos del portero sevillista y Ramos y Benzema no pudieron darle buena dirección a sus cabezazos.

Y cuando parecía que los penaltis eran inevitables, sobre el minuto 120 Carvajal robó un balón infantil a Konoplyanka en el centro del campo y comenzó un slalom imparable que finalizó con un enganche dentro del área y una definición cruzada impecable que decidió el partido 3-2 en favor de un Real Madrid que en el balance general mereció la victoria más allá de haber pasado un mal trago durante casi toda la segunda parte.

Si bien se cayó una vez más por la mínima ante un rival de gran envergadura, historia y plantilla como el Real Madrid, hay varias conclusiones positivas que se pueden sacar del primer encuentro oficial de Jorge Sampaoli como entrenador del Sevilla FC. El módulo táctico puede ser un 3-4-3 o un 4-3-3, con la idea de tener el balón y buscar que el rival salga para así encontrar los espacios. La manera de romper líneas es con lanzamientos desde el interior del campo de juego hacia las bandas y no hay posiciones fijas del centro del campo en adelante. Los dos centrales jugarán siempre muy cerca del doble pivote, permitiendo que el volante de características más creativas se sume en cada ataque por el andarivel central.

No se puede decir que el equipo no haya dejado hasta la última gota de sudor en el campo de juego, pero lo cierto es que la derrota llegó por algunos problemas de coordinación, por falta de inteligencia para administrar la ventaja obtenida en el segundo tiempo y porque el rival volvió a demostrar que en lo referido a finales internacionales, es muy complicado sacarle un trofeo. La épica fue para los de Zidane, pero en Sevilla pueden quedarse tranquilos: el equipo será protagonista en todos los estadios y peleará los tres trofeos que tiene por delante con orgullo y buen juego.







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