Análisis 2014: Mucha de cal y poco de arena

El 2014 nos deja un buen sabor de boca. Lejanos los años de decadencia, este año ha sido mucha de cal y poco de arena




Hacia el 1 de enero de 2014 comenzaba la andadura en el año nuevo sevillista. Atrás quedó el mal comienzo de Liga y el tropiezo en la Copa, la salida de Del Nido del club, etc. Seguíamos vivos en Europa y cada partido nos dejaba como uno de los equipos a temer. Aún séptimos en la clasificación, el equipo ansiaba más. Desde que le ganáramos al Español en su estadio, rompiendo la maldita racha que nos impedía ganar fuera de casa, el equipo no hizo más que crecer. A base de esfuerzo se consolidó esa 'nueva' plantilla que un verano atrás Monchi formó con las ventas de nuestras estrellas. Los más pesimistas comenzaron a creer ya no con la fe de los más optimistas, sino con argumentos a base de triunfos.

Buenos y malos partidos, pasando por encima del Maribor en Europa League y estables en el séptimo puesto de la competición regular, nos llevarían al momento clave de la temporada. 13 de marzo de 2014. Final del primer derbi europeo de la historia de la ciudad hispalense. Una dura derrota frente al eterno rival que para algunos significaba el principio del fin, para otros el comienzo de la épica sevillista. Tocaba seguir adelante y el equipo, lejos de amedrentarse por la dura realidad, tiró de una conjura plantilla-afición que nos llevaría a lo más alto. Ese mismo fin de semana arrasamos en Liga frente al Valladolid, algunos dicen que en ese partido comenzó la remontada al Real Betis. Y así fue. Una semana después fuimos al Villamarín a jugar y a vencer. Dos tantos de Reyes y Bacca nos sirvieron para forzar prórroga y penaltis, en los cuales comenzó la copa de Beto. Paró el penalti clave que nos mandaba a Cuartos. Un partido épico como pocos en los últimos años. "Ni un director de cine lo hubiera escrito mejor" fueron las palabras de nuestro entonces capitán, Iván Rakitiç. Pero no se quedó ahí la cosa. A la semana siguiente ganamos al Osasuna, seguíamos sumando y por fin nos situábamos en la quinta plaza, se nos ponían los dientes largos de rascar la Champions. Curioso dato en esos días que en menos de dos semanas jugamos contra los que posteriormente descenderían a la Segunda División, a los 3 les vencimos.



No volvería la competición del viejo continente hasta abril. Hasta entonces el equipo no bajaba el listón, destacó el partido en el Pizjuán frente al Real Madrid, un merecido 2-1 que nos llenaba de moral. Pese al alto nivel, un toque de atención frente al Celta nos bajó de las nubes y nos avisaba de la posible dura eliminatoria que se avecinaba en Europa, contra el conocido Oporto. Y así fue, un gol de Mangala en el estadio Do Dragão nos obligaba a vencer en casa. Un partido espectacular que finalizó con un contudente 
4-1. Ya en semifinales volvían los latidos acelerados, las ilusiones, las bufandas al viento, los nervios a flor 
de piel. Un aire especial se respiraba en Sevilla. 

Abril nos dejó un sabor dulce. Nuevo derbi de liga ganado, sendos triunfos frente a Granada y Español nos
acercaban a puestos Champions. Además, ganamos al Valencia en la ida de semifinales de Europa League
por 2-0. Lástima que en la jornada 35, cuando podíamos asaltar la cuarta plaza en la Catedral encajamos
un 3-1 frente a un fuerte Athletic que nos cerró las puertas de la Liga de Campeones

Atrás Abril, comenzaba un ilusionante mayo con una eliminatoria europea muy de cara y una quinta plaza en 
Liga prácticamente asegurada. Mestalla rebosaba ilusión en aquel entonces y el Sevilla se vino abajo en un mal 
partido donde rápidamente nos endosaron 3 goles que nos dejaban fuera de Europa. Pero cuando los chés cantaban 
"Nos vamos a Turín...", cuando el valencianismo se veía en una nueva final europea, cuando los jugadores rivales
no paraban de perder tiempo...ahí se impuso algo de parte del Sevilla. No sé si fue fe, suerte, paciencia, 
esfuerzo o una mezcla de todas ellas. El Sevilla no lo intenta, lo hace. Y un gol de Mbia en el descuento nos 
mandaba a Turín por la puerta grande, por la épica. Ya no eran Palop, Puerta, Navas, Kanouté...esa grandiosa 
época quedó lejana en el tiempo. Ahora eran Beto, Fazio, Rakitiç, Bacca...Pero lo que no se perdió fue esa magia de los 
grandes que les hace ganar sí o sí. Una nueva final europea. Una nueva oportunidad. La reválida del 
sevillismo frente a estos años de decadencia.




Los últimos partidos de Liga fueron una fiesta, solo importaba Europa. Y Europa esperaba al Sevilla. 14 de 
mayo. Turín, Italia. Juventus Stadium. Comenzaba un partido singular, dicen que no hay 2 sin 3, y era 
nuestra tercera final de Europa League (antes UEFA Cup). Transcurrieron 120 minutos de sufrimiento por parte 
de ambos equipos que finalizaron con las gloriosas manos de Beto y los aciertos sevillistas desde los 11 metros. 
Para gloria de muchos, para desgracia de otros...el Sevilla FC era campeón de Europa.

Un fin de temporada por todo lo alto siendo campeones de Europa y quintos en Liga.




Finalizada la temporada, la 13/14 colocó al Sevilla de nuevo entre los mejores de Europa. Tocaba observar 
a los nuestros en el Mundial. No tuvimos mucha participación. Tan solo Bacca, Rakitic, Beto y Mbia nos representaron y 
ninguno llegó demasiado lejos. Alemania ganó el Mundial y nos esperaba ya la Supercopa de Europa frente al Real 
Madrid, la cual perderíamos con un pésimo partido frente al campeón de Champions.

El verano nos dejó sin las figuras de Rakitic, Alberto Moreno, Mbia (que luego regresaría), Trochowski, Stevanovic,
Babá, Marin, Julián, Cheryshev, Perotti, Fazio, Guarente, Hervás, Rusescu, Jairo, Botía, Rabello y Javi Varas. Para
suplirlos llegarían a las filas sevillistas Aleix Vidal, Denís Suárez, Barbosa, Krychowiak, Arribas, Deulofeu, Banega,
Tremoulinas, Kolodziejczak, Iago Aspas y el propio Mbia que llegaría el último día de mercado.

Comenzaba la nueva temporada y el listón estaba nuevamente alto para las nuevas caras. Tenían que 
igualar a un equipo campeón. 

Desde septiembre hasta diciembre, el equipo ha crecido en todo (táctica, técnica, físico, intensidad, goles...). 
Exceptuando algunos partidos, hemos arrasado con lo que se nos ha puesto por delante. Nos situamos sextos en Liga 
(aunque con un partido menos), que se dice pronto, pero estamos ya a mediados de temporada y ahí nos mantenemos. 
En Copa hemos corregido los errores del año pasado asegurando la eliminatoria frente al Sabadell y en Europa League 
bien es cierto que hemos terminado en segunda posición en la fase de grupos pero que seguimos vivos. Los nuevos fichajes 
se han adaptado bastante bien, y nuevamente ese sector más pesimista de la afición se está viendo obligado a creer a 
base de hechos. En especial; Krychowiak, Tremoulinas y Aleix están dando un nivel asombroso pese a su reciente llegada. 
Sin quitar mérito al nivel de Iago, creciente desde que llegó; Denís, que en cierto modo recuerda al ex-capitán Rakitiç; o 
Banega, que nos da esa continuidad entre defensa y ataque. Todos aportan, todos suman, y eso es lo importante. Bacca sigue 
haciendo lo que mejor sabe hacer, que es meter goles, y Gameiro le sigue de cerca tras recuperarse de su lesión. La 
defensa es bastante sólida con la dupla Carriço-Pareja y la incorporación de Alejandro Arribas. Mbia, Iborra y Cristóforo 
dan, junto al ya mencionado Krychowiak, el equilibrio defensivo. El renacimiento de Reyes o la calidad de Vitolo 
también siguen impulsando al sevillismo. Al acecho de esta plantilla que se ha hecho un renombre están también los 
canteranos Sergio Rico, recientemente renovado; Cotán, creador para el futuro; Carlos Fernández, con un guante en la 
bota y magia con el balón; y el gran Juan Muñoz, goleador como pocos.

Todos estos afrontan la parte más importante de la temporada en la que estamos dispuestos a todo. Entrar en 
Champions, ganar la Copa y la Europa League sería la más optimista de las posibilidades dentro de lo que podemos hacer. 
Pero sin olvidar respetar al rival, no confiarse, ir partido a partido y mantener la ilusión a base de victorias. Aún no hay 
nada hecho. 




Mencionar a Rakitic como el mejor jugador de la temporada pasada y a Krychowiak como el mejor de la presente
en lo que llevamos jugado. En referencia al entrenador, creo que Unai (pese a sus fallos) está haciendo una tremenda labor 
en el Sevilla FCNos ha dado nuestra tercera Europa League y nos ha devuelto al lugar que nos corresponde. Su trabajo y 
dedicación son incuestionables. Por otro lado, Monchi ha vuelto a reinventarse y vemos como cada año saca cracks 
donde otros solo ven jugadores. Al presidente le doy una nota media, bien en algunos aspectos y mejorable en otros.

En conclusión, el 2014 nos deja un buen sabor de boca. Lejanos los años de decadencia, este año ha sido mucha 
de cal y poco de arena. Ojalá por un 2015 mejor, o al menos igual que el 2014
Un saludo sevillistas, por un feliz año. ¡FORZA SEVILLA!






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