El partido de ayer en Trondheim nos dejó a todos con una sensación amarga, con la miel en los labios. 24 horas después, en Somos Sevilla analizamos el juego de los nuestros ante el Real Madrid.
Como habíamos visto en pretemporada, el Sevilla de Sampaoli se mostraba como un equipo que ejercía una alta presión en el momento que perdía la pelota y en la salida de balón del contrario. Ayer, el Sevilla comenzó con una presión un escalón por debajo de lo que hemos visto. Puede ser que sea por ser el primer partido oficial o por el rival, el caso es que no salió ejerciendo la presión a la que estamos acostumbrados con Sampaoli. Cuando el equipo presionaba arriba, el Real Madrid rompía la presión en tres toques rápidos por dentro dejando a los hispalenses atrás y saliendo con velocidad por bandas (lo que viene siendo el Madrid). Esto fue lo que ocurrió durante toda la primera parte, en la que el Sevilla no hacía que el Madrid perdiera la pelota, sino que la imprecisión de los merengues produjo sus pérdidas.
En la segunda parte cambió. Un equipo más convencido de la idea que propone el técnico argentino, el Sevilla "mordía". Buena presión de los sevillistas que, tras pérdida, presionaban de manera excepcional recuperando la pelota en escasos segundos.
Mucha posesión, escasa profundidad
El juego de los nervionenses, basado en la posesión, la cual consiguió, no surtió el efecto deseado. Un Sevilla con la posesión global del partido jugaba constantemente atrás, tocando la pelota entre sus centrales, abiertos, y alguna que otra vez Nzonzi o Iborra que bajaban a recibir. Cuando intentaban hincar el diente por bandas, pocos apoyos aparecían en su ayuda (Kiyotake, Mudo Vázquez). Inlcuso a veces, Nico Pareja (estando con molestias) golpeaba en largo buscando a los jugadores de banda.
Con la entra de Kranevitter la cosa cambió. Al que todos veían indiscutible en el sistema de Sampaoli, se quedó en el banquillo ante el asombro de la hinchada sevillista. Con la entrada del argentino en el campo los problemas en la salida se solucionaron, ya que el argentino no se esconde. Se ofrece siempre, juega fácil y bien siempre con la bola. Se antoja piedra angular del rombo del Sevilla a pesar de su suplencia en el día de ayer.
La profundidad fue una de las notas negativas que nos dejaron ayer los pupilos de Sampaoli. Los escasos apoyos y el poco juego interior impidieron esta variante tan importante en el fútbol. El balón iba de un lado a otro del campo pasando por Kolo, Pareja y Carriço durante bastantes momentos del encuentro pero con nula profundidad como vemos en el gráfico inferior:
Se ve claramente el juego del Sevilla: Rico de líbero jugando con los centrales o jugando en largo al centro del campo, donde se combinaba pero sin encontrar profundidad.
Ruptura entre las líneas
Espacios entre líneas que aprovechaban los de Zidane. Zonas de combinación rápida donde los centrocampistas del Real Madrid para metían velocidad a su antojo al juego. Asensio aprovechó estos huecos, por ejemplo, para mandar la pelota a la escuadra de forma inapelable para Sergio Rico. Con la entrada de Kranevitter se tapó el hueco entre defensa y centro del campo, dando muestras de su entrega y su fútbol.
Cambios de orientación
Elemento indispensable desde que llegó el técnico argentino. Cambios de orientación constantes para desahogar el juego y buscar los huecos por el otro lado, en la que la acumulación de futbolistas en el medio debe ofrecerse a recibir. Gracias a dicho cambio de juego llegó el gol del "Mudo". Iborra y Nzonzi, que no son jugadores de precisión en el pase largo, fueron ayer los encargados de realizar estos contínuos cambios, salvaguardando a los pases en diagonal de Nico Pareja. Falta un futbolista de precisión en el pase largo y que trabaje en tareas defensivas, aunque Ganso será el encargado de llevar la batuta en el centro pero no de hacer grandes esfuerzos defensivos.
Nuevo sistema defensivo
Otro de los cambios más llamativos en comparación el Sevilla de estos años anteriores es la forma de defender. Ahora los hispalenses defienden de forma mucho más adelantada a estos tiempos atrás, con una línea de 4/5 en la frontal del área. Se opta por la defensa con balón, la posesión, pero ante los ataques cerca del área se opta por una línea adelantada que haga caer a los contrarios en fuera de juego.
Estamos ante un nuevo Sevilla, un nuevo sistema, unos nuevos jugadores y un nuevo entrenador. Estos son algunos aspectos a mejorar y a pulir, ya que estamos a 10 de agosto y queda toda una temporada por delante. Auguramos grandes éxitos de los nuestros, que son los de colorao, y con esos vamos a muerte.
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