Análisis | Pablo Sarabia

Pablo Sarabia García se convierte en el primer fichaje del Sevilla para la temporada 2016/2017. El jugador madrileño de tan solo 24 años da el gran salto en su carrera a un equipo Champions en el mejor momento posible para él, tras un amargo descenso a 2ª división con su equipo, pero en una temporada en la que ha logrado consolidarse como un futbolista de verdad.


Su primera aparición estelar fue en la temporada 10/11, donde ascendió del juvenil al Castilla (anotando 12 goles), y de ahí a debutar en el Real Madrid, nada más y nada menos que en plena fase de grupos de la UEFA Champions League, ante su público, avalado por José Mourinho, y disfrutando de 18 minutos, sustituyendo a, ojo, Cristiano Ronaldo. 
La siguiente temporada, y tras no lograr el ascenso con el Castilla, fue traspasado al Getafe por 3 millones de euros, y logró la Euro sub’19 como capitán. Disputó un total de 19 partidos y repartiendo una asistencia. Nada mal para un chaval debutante como él.

La 12/13 fue una de las más difíciles en su carrera. A pesar de ser, en teoría, petición expresa de Luis García, nunca contó con la continuidad ni la confianza necesarias para una joven promesa como él. Un gol y una asistencia en tan solo 13 partidos. Minutos que fueron dados a Abdel Barrada, que cuajó un gran año en su posición como mediapunta. Se perdió los JJOO por este motivo, pero sí formó parte del conjunto sub ’21 que logró alzarse de nuevo con la Eurocopa, aunque esta vez con menor protagonismo a título personal.

Las siguientes temporadas sí fueron las de consagración como titular y pilar en la construcción del juego y creación de peligro en su equipo. Jugó hasta 31 partidos, la mayoría como mediapunta, sumando un gol y destacando en su mejor faceta, el último pase, con un total de 6. En la temporada 2014/2015 también sumó 35 partidos con 2 goles y otras 6 asistencias. Con la llegada de Cosmin Contra al banquillo fue cuando varió su posición a extremo derecho, momento clave en su carrera, pues encontró el protagonismo y la brillantez que una zurda como la suya merecían.

Sin embargo, la principal mella en su juego fue la irregularidad, pues durante muchas fases de los partidos desparecía su participación e influencia en el juego, sumada a algunas carencias en el retorno defensivo y la presión posicional. Daba la sensación que, dadas las carencias técnicas de su equipo, siempre se le exigía más que al resto, que asumiera un protagonismo mayor, pero Pablo seguía siendo un chaval de apenas 22 años.

Fue en este último curso donde Fran Escribá ha sabido sacar todo el partido a este joven madrileño, jugando por primera vez más veces escorado a la derecha que como mediapunta, mejorando una de las carencias que más preocupaban, el gol, vital en jugadores de segunda línea, alcanzando los 7 tantos en la Liga, y cumpliendo siempre como asistente, con 6 pases de gol.


Y, sobre todo, lo que más llamaba la atención, era la madurez que por fin se veía en él, esa intensidad en su juego, esas ayudas y coberturas al lateral, ese echarse el equipo a las espaldas en los peores momentos… en definitiva, convertirse en capitán del equipo con tan solo 23 años.
Pero ojo, hablamos de un chaval, zurdito cerrado, bajito, habilidoso con el balón en los pies, descarado y vertical, de gran dribbling y último pase gracias a su visión de juego, con muchas ganas de demostrar al mundo su potencial, que ya acumula más de 9.000 minutos como jugador profesional, que ha sido capitán en el momento más duro para un equipo, con un descenso a sus espaldas y dos Eurocopas en CCII, por eso Monchi cree que viene perfectamente preparado para dar el gran salto de su carrera, asumir galones, y triunfar con su nueva camiseta.

Vídeo con sus mejores momentos esta temporada: https://www.youtube.com/watch?v=LlH3lr6HUP0



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