Biris Norte: 10 momentos inolvidables
Son muchos los partidos, tanto dentro como fuera de Nervión, donde la afición ha jugado un papel muy importante. Como se dice en el fútbol, "el jugador número 12". Y respecto al Sevilla FC, ese empujón tiene nombre y apellido: Biris Norte. Bien sea con tifos, cantos, desplazamientos o un constante apoyo a sus jugadores. Por ello, a continuación os mostramos el ranking de los diez mejores momentos protagonizados por los `ultras´ de Nervión.
Número 9: Desplazamiento a Estoril. Partidos como este marcaron el inicio del camino hacia la final de Turín. Fue increíble el espectáculo formado por los sevillistas en Portugal. Casi 3.000 aficionados pusieron rumbo a Estoril, ocupando incluso más de la mitad del aforo del Estadio Antonio Coimbra da Mota. El color rojo tiñó la grada y el equipo respondió con un 1-2 en el luminoso.
Número 8: Ivan Rakitic. Han sido muchos los jugadores que han conquistado el corazón de la afición sevillista. Sin dejar atrás a los Luis Fabiano, Kanouté, Drago, Javi Navarro, o un increíble Andrés Palop. Hoy en día destaca el croata, quizás no se fue por todo lo alto pero el vacío que dejó lo supo premiar Biris el día de su despedida. En su vuelta al Pizjuán las gracias se resumieron en una pancarta y una gran ovación: "Esta siempre será tu casa, gracias capitán."
Número 7: Regalos inolvidables. Quién no hubiera soñado ser aquel niño que abría regalos una noche más de derbi en Nervión. Tifos como este consagraron la importancia de la grada de Gol Norte. El Sevilla era reconocido como el mejor equipo del mundo por esos años y tras mostrar las Copas en el tifo, el equipo ganó de nuevo un derbi (2007) que no solo se decidió en el terreno de juego.
Número 6: Es nuestro estadio, es nuestra ciudad. La consigna salió de los labios del antes mencionado Ivan Rakitic. El croata pronunció estas palabras en el túnel de vestuarios antes de otro Sevilla-Betis. Poco tardaron los Biris en llevar la expresión a todo Gol Norte. Tampoco falló, el Sevilla remontó un 1-0 contra el Oporto, transformándolo en 4-1. Esto llevó a la semifinal de Valencia, y ya todos sabemos como terminó.
Número 5: Sevilla Somos Nosotros. Quizás el día más bonito donde la grada norte se vistió de rojo, y de gala. El Sevilla luchaba como cualquier otro, y especialmente tuvo que ser de nuevo un derbi, donde la grada revolucionó a lo antaño. Los años 90´s, y continuaba el deseo de superioridad, que al menos se plasmaba en la grada.
Número 4: La conquista de Madrid. Es de saber por todos, que la presencia del "abuelo" en las finales siempre ha sido positiva. Aquella final de Copa del Rey, en el Santigo Bernabeu y frente al Getafe de Güiza y compañía. Los aficionados sevillistas tomaron la gran parte del templo madridista y la figura del abuelo se desplegó sobre el trono que representa a la ciudad de Sevilla, allí se le auguró una: "Larga Vida". El conjunto de Juande Ramos ganó la Copa con el gol de Kanouté.
Número 3: La Fábrica de Sueños. No fue la primera vez que Biris utilizó la mitología para decorar su grada. Tras desplegar las alas de la Diosa Victoria en el derbi de la campaña 2006-07, lo volvió a hacer en un partido de la misma talla dos años después. Morfeo, el Dios de los sueños protagonizaba el que seguramente sea el dibujo más bonito plasmado en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, consagrándolo como "La Fábrica de Sueños".
Número 2: True Love. Es el más reciente, destacado por un desplazamiento masivo a Polonia. Esa noche en la que fuimos "tetracampeones", también estuvo presente el abuelo del equipo. Portaba la Europa League, o UEFA para el Sevilla, y mostraba el `verdadero amor´ hacia nuestra copa, hacia el abuelo, y hacia el ahora campeón por cuarta vez. Varsovia fue testigo de lo que es capaz el sevillismo.
Número 1: Nadie nos podrá quitar la ilusión. Este no es el tifo más bonito, ni el más lujoso, ni siquiera el más recordado. Pero si por algo ocupa nuestra primera plaza es por el valor sentimental de este marco. Biris talló a Asterix y Obélix soñando con Europa, con la ilusión de un niño en aquel partido en casa, aquella feria de 2006. La zurda mágica que nos guió el camino fue posterior a este tifo. Con el gol de Puerta el estadio cayó abajo, parecía que se caía, y en efecto, nadie nos pudo quitar la ilusión.
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