Este Sevilla no da con la tecla
Tras la derrota contra el Celta algunos ya se preguntan hasta cuándo permanecerá este equipo agazapado, como si fuera otro distinto al de la temporada pasada. El que el año pasado fuera el estadio más inexpugnable de Europa, donde se llegaron a vivir 34 encuentros sin ver la derrota, se veía el pasado domingo sobrepasado por el club vigués y comenzaron a sonar algunos gritos de alarma.
En primer lugar cabe mencionar que las continuas lesiones no dejan trabajar a Emery a su antojo. Las ya conocidas de Pareja y Escudero vinieron acompañadas de la de Carriço, la de Rami, etc, que dejaron coja a una de las mejores zagas de la Liga. Ahora un mes de baja tendrá el timón del Sevilla, Ever Banega, mes donde se disputan encuentros tan importantes como los de Champions frente Juve y City o de Liga donde el resurgir es una obligación. Siempre se dice que hay que tener fondo de armario para cubrir estos contratiempos y lo cierto es que aunque la plantilla tenga buenos sustitutos, las bajas merman al equipo.
A estas alturas se comienza también a pedir el rendimiento de los fichajes. La buena imagen de la Supercopa quedó atrás con partidos como el del Celta. La afición, siempre exigente, ya se preocupa de que los Immobile, Nzonzi o Konoplyanka den menos rendimiento del esperado. El club ha hecho una apuesta fuerte por todos ellos y es necesario que comiencen a funcionar dentro del esquema de Emery puesto que ni la Liga y menos la Champions esperan a nadie.
Por otro lado nos encontramos algunas cosas positivas en el equipo. La temprana pretemporada allá por julio ha permitido al equipo estar en buena forma a día de hoy, al equipo no le faltan piernas. De hecho el día del Monchengladbach fue el cuarto equipo que más kilómetros corrió, siempre con el incansable Vitolo en la cumbre de la lista de corredores. Pero a pesar de la buena forma falta engranaje entre piezas. Jugar al fútbol no es solo correr, hay muchas caras nuevas y el equipo necesita conocerse entre sí para dar la buena imagen del año pasado donde sin mucha vistosidad se ganaba con efectividad.
Lo único claro es que Emery debe dar pronto con la tecla. El último precedente parecido a este fue hace dos temporadas, en la 13/14, donde el equipo arrancó mal pero comenzó a ponerse como un tiro en noviembre y no paró hasta coronarse en Turín acompañado de un quinto puesto en Liga que permitió ganar la cuarta Europa League en Varsovia. Monchi y el presidente siguen confiando en Emery y su plantilla, la "más cara de la historia", y en que comiencen a llegar los buenos resultados para contentar a toda la afición sevillista.
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