Análisis arbitral: Sevilla FC 1-2 Celta de Vigo

El partido correspondiente a la cuarta jornada de primera división español entre el Sevilla FC y Real Club Celta de Vigo, fue dirigido por el colegido maño Dº Santiago Jaime Latre, perteneciente al comité de colegiados de Aragón.



El partido se programó y empezó para las doce de la mañana del domingo 20 de septiembre, algo, que posiblemente fue de las pocas cosas que hice bien el colegiado. Ya que desde el primer minuto de juego dejó indiferentes tanto a los jugadores de un equipo como del otro; al dejar seguir el juego demasiadas veces, pese a que se veía con demasiada claridad la infracción. Empujones  que consideró “cargas”, agarrones que prefirió no ver, e incluso algún que otro penalti… Pero claro, un árbitro que no pita faltas delante de ti, jamás pitará un penalti. Todo este ritmo llevó a que pronto se llegara a una cantidad de dureza en el juego por parte de los quipos que acabaron llenándose de tarjetas e incluso un roja en las filas del Celta de Vigo.

El partido transitó de la siguiente manera: En los minutos primero, cuarto y séptimo ya se había “comido” tres faltas claras, dos por parte de los sevillistas y la otra del conjunto gallego. La primera amarilla la mostró a Sergio Gómez por una clara patada a Gameiro en el medio campo que cortó una más que posible acción de gol, ya que de conseguir llegar a su auto pase se encaraba con el guardameta, un acierto por el colegiado ya que había otro defensor que le “salvó” de ver la roja.

Los dos goles del Celta cabe destacar que fueron libres de toda acción polémica, salvo que el segundo viene de un recuperación cuanto menos discutible ya que como se ha dicho, el árbitro no pitaba falta salvo que hubiese sangre, ya que por ejemplo en una acción que no pitó nada sobre el delantero francés del Sevilla FC fueron los propios jugadores del Celta los que pararon el ritmo del juego esperando a que se recuperase (la deportividad de los Gallegos no se puede discutir).

Fueron pasando los minutos y los jugadores del equipo nervionenses empezaron a estar muy quemados por las duras entradas que el colegiado no pitaba, hasta el punto de que Ever Banega acabó levantando en exceso la pierna derecha sobre Pablo Hernández que le costó la cartulina. Y claro, si los jugadores del Sevilla estaban “quemados”, los de Vigo no lo iban a estar menos, y tanto fue así que cuando Reyes se iba sufrió por fin una falta pitada que acabó en amarilla para Jonny.

Por si no era poco el cabreo que llevaba encima la afición sevillista, hubo un más que posible penalti sobre coke al poco de acabar la primera parte; una primera parte para olvidar…

Con estas llegamos al segundo tiempo, donde la entrada de Llorente fue decisiva para motivar y reactivar al equipo que junto a este y a Kron Dheli dieron una chispa más a los jugadores que salieron mejor y sin tantas faltas… o eso pareció los primeros minutos del partido, porque según iban avanzando los jugadores de un equipo y otro empezaron a cargarse de tarjetas, y alguna que otra que también debieron ver como el caso del penalti no pitado a Reyes tras recibir falta ante el portero… Incomprensible que considerase el señor Santiago ese empujón por detrás como legal.

¿Se calmaron los jugadores? No, ni mucho menos, por eso Aspas y Reyes vieron amarilla, ya que fruto de la impotencia sus acciones fueron demasiado claras, pero más aún fue la de segunda amarilla para Jonny con el partido casi terminando…

En términos generales, el árbitro no estuvo a la altura del encuentro y por eso mi nota sobre diez para el colegiado maño es de dos puntos.


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