Supercopa de Europa: creer o no creer

A falta de 5 días para disputar la doceava final en una década, a poco más de una final por año, casi nada, y ocho de ellas europeas, haciendo hondear el nombre del Sevilla por las tierras del viejo continente; comienzan a oírse distintos tipos de comentarios por la capital andaluza. Unos con más fe, otros con más realidad.




Allá por agosto de 2006 se oía desde Cataluña un "Compraos una pelota porque en el césped no la vais a tocar". El Sevilla calló fuera, habló en el campo. Goles de Renato, Maresca, Kanouté y un jugadón de Puerta que casi terminó en un golazo para la historia marcaron aquella noche. El Barça venía de ganar la Champions y a pesar de la fuerza creciente del Sevilla, el equipo blaugrana fue favorito, pero visto lo visto, gana el que mete más goles, no el favorito.

Un año más tarde, tras revalidar UEFA y casi asaltar la Liga, el equipo blanquirojo llegó a una nueva supercopa europea. Esta vez frente al todopoderoso Milán guiado por Kaka', un equipo mítico que nada tiene que ver con el actual. Pero el sevillismo jugó tocado, de físico y de ánimos. El caso 'Puerta' días atrás tuvo a todo el mundo del fútbol conmocionado, más aún al Sevilla. Un Milán empatizado con la situación disputó su partido y el Sevilla no pudo hacer nada ante ello, perdió y siguió adelante con la cabeza tan alta como los ánimos permitían.

2014. Año de la vuelta al podio. Tras años de "sequía" europea y la agónica final de Turín el equipo de Emery se presentaba de nuevo en una nueva final europea. Había fe en la victoria pero la falta de un guía claro (Rakitic se acababa de marchar) y la no muy buena forma física pasaron factura a un Sevilla que fue sobrepasado por el Madrid de Cristiano y compañía. Cardiff quedaba atrás a pesar de la ilusión que generó y el equipo afrontaba una nueva temporada que a la postre sería la mejor de la historia en cuanto a puntuación liguera, con una nueva Europa League en las vitrinas y con la única pega del fracaso en Copa del Rey.

Ahora, un año más tarde, tras haber vivido tres Supercopas de Europa, el Sevilla tiene algo de experiencia en el tema, y también los aficionados. Ya comienzan a surgir debates. ¿Hay que ilusionarse? ¿Hay que confiarse? ¿Hay que darlo por perdido? Cada sevillista tiene su teoría, y no es malo ponerlas encima de la mesa, somos una familia y debatir nos ayuda a conocernos. El caso es que el 11 de agosto en Tiflis el Sevilla Fútbol Club tiene por delante 90 minutos apasionantes en los que un equipo con ganas como el de 2006, con la humildad del equipo de 2007 y con algunos de los jugadores del de 2014, puede dar un golpe sobre la mesa. Siempre con fe, no se pierde hasta que no se juega, y este equipo puede ganar, lo demostró hace una década y lo sigue demostrando cada año poniendo en más de una ocasión a los grandes contra las cuerdas. Toca creérselo ¡A LUCHAR!







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