2016: Un año en franjirrojo

Quedan horas para el final de este 2016, un año en el que el filial sevillista he crecido en historia consiguiendo, de forma más que merecida, el ascenso a segunda división.



El año natural, lo comenzaban los de la franja con una victoria ante el Jumilla, hace ya 362 días. El encuentro terminaría con 2-1 para los locales, aunque todos los goles los anotarían futbolístas sevillistas. Esto sería solo el principio del gran año que les esperaba. Un equipo que solo buscaba mantener la categoría comenzaba a soñar allá por enero y pese a ser un tema tabú en el vestuario muchos sabían que estaban en la linea de hacer algo muy grande. ¡Y vaya si lo hicieron!

Comenzaron los buenos resultados, grandes sensaciones, derrotar al líder... Todo venía rodado y en los siguientes veinte partidos, es decir, hasta final de temporada, los de la carretera de Utrera solo cosechaban dos derrotas. En este período de cinco meses el filial conseguía hacer partidos muy destacados como la victoria en casa del Murcia, o el derbi en el que casi sentenciaban con el empate al eterno rival a tercera división.

Sin embargo el verdadero sueño comenzaba tras acabar la última jornada. Un equipo crecido encaraba los play-off de ascenso a la división de plata. Tras acabar terceros con 68 puntazos, su rival sería el Socuellamos. Las eliminatorias no iban a ser fáciles y esta tampoco lo era. Tras un empate en el Viejo Nervión los jugadores partían hacia terrenos manchegos con los deberes por hacer. Sin embargo los dos goles en la segunda parte tanto de Curro como de Carlos Fernández dejaban sin premio al tardío gol de los locales de penalty. En la siguiente ronda esperaría el Logroñés, al cual, el primer equipo, había eliminado de la copa meses atrás. Sin embargo los de la franja no iban a ser menos y "la sangre de nuestra sangre" conseguía vencer en la ida para lograr el pase con un empate en el Viejo Nervión. De esta forma se llegaba a la apasionante final. El choque tenía lugar ante el Lleida y en la ida se impusieron los sevillistas, sin embargo, en la vuelta los de Diego Martínez se encontraron con un equipo con más experiencia que lograba empatar la elimina
toria y casi darle la vuelta. Pero cuando uno sueña y pelea, poco puede hacer el azar más que darte lo que te mereces y así fue. Tras un partido agónico  llegaba la tanda de penaltis y José Antonio Caro se convertía en el heroe tras "detener" un lanzamiento y ser, él mismo, el encargado de anotar el último de su equipo. El filial era de segunda división, eran de plata.

El sueño se había hecho realidad, sin embargo no acababa más que empezar. Jugar en segunda es un premio más que una necesidad para un filial y los jugadores lo sabían. La temporada que les esperaba iba a ser especial y se está notando.

La liga daba comienzo el 19 de agosto bajo el nombre de LaLiga 1|2|3 y el conjunto franjirrojo se estrenaba en el Ramón Sánchez-Pizjuán y es que con motivo del ascenso el conjunto nervionense buscaba remodelar la Ciudad Deportiva, más concretamente el estadio Viejo Nervión donde el Sevilla Atlético disputará sus partidos en cuanto finalice la obra.

La primera jornada se disputaría ante el actual segundo de la categoría. El conjunto local se las prometía muy felices con el 3-0 en el marcador y nervión alucinaba con el resultado. Sin embargo no había que confiarse, la división de plata no es como la de bronce y un equipo tan experimentado como el Girona, que apunto estuvo de subir a primera la pasada campaña, le conseguía dar la vuelta al marcador en diez minutos y lograr así un gran empate.

Pese a esto los jugadores sevillistas salieron contentos, dispuestos a afrontar el resto de la temporada con ilusión. Dicho y hecho. Muchos partidos, la mayoría muy buenos ante grandes rivales como el Zaragoza, Córdoba o Mallorca. Los de nervión ganaban partido tras partido, algún tropiezo también había, pero el equipo se mantenía entre la segunda y la tercera posición de la liga. ¿Engañoso? Pues depende de como se mire. Por juego, obviamente no, pero si algo tiene esta categoría es la igualdad y con tres derrotas consecutivas en los tres últimos partidos del año han dejado a los de Diego Martínez novenos en la clasificación con nada más y nada menos que 26 puntos. Grandes cifras para un equipo que, hace tan solo un año, se marcaba como objetivo no descender a tercera división y con el que si de algo nos hemos dado cuenta es que se puede pelear por cualquier cosa... bueno, y de lo fácil que es pitarle a un filial.

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