Las formas de irse importan

Recientemente se ha dado el hecho de que un futbolista que levantó títulos con el Sevilla FC siendo clave para ganarlos fue recibido con silbidos, mientras que otro ex-jugador fue ovacionado, tanto al comienzo del partido como al ser sustituido. El primero es Gameiro y el segundo Rakitic.

Suele pasar que cuando un antiguo jugador del Sevilla recala en un equipo de la capital española o en el Barcelona la prensa nacional se haga eco de la reacción de la grada cuando ese jugador protagoniza algún momento del partido. Prácticamente no hay un solo futbolero en España que no conozca qué ocurre con Sergio Ramos cada vez que pisa el Ramón Sánchez-Pizjuán. Muchos periodistas y aficionados que no son asiduos al club de Nervión piensan erróneamente que el distinto recibimiento que tienen los jugadores dependen del club al que se marchan, algo el pasado domingo quedó desmentido.

En el minuto 73 Ivan Rakitic fue sustituido por André Gomes, recibiendo una ovación, como suele ser costumbre cuando visita el Ramón Sánchez-Pizjuán. Sin embargo, en el minuto 86 Denis Suárez fue silbado cuando Rafinha entró en su lugar. Ambos jugadores ganaron una Europa League con el Sevilla FC. Ambos juegan en el FC Barcelona. Cada uno fue recibido de una manera diferente.

¿Cuál puede ser entonces el motivo para que uno sea bien recibido y el otro no? Igual son las formas de marcharse del club. Ivan Rakitic se marchó despidiéndose en el palco dando las gracias al club y mostrando siempre su sevillismo incluso cuando ya era jugador culé, mostrando respeto al marcar un gol al Sevilla y saludando a la afición cuando pisaba el Ramón Sánchez-Pizjuán. Denis Suárez se despidió con una emotiva carta dando las gracias al club y a la afición. La temporada pasada con el Villarreal no tuvo un mal recibimiento, así que es probable que los pitos fuesen algo ocasional provocados por el ambiente del partido.

Quien sí que fue realmente despreciado fue el antiguo delantero sevillista Kevin Gameiro. Desde el momento en el que se dijo su nombre en la megafonía del estadio para anunciar el once del Atlético de Madrid al francés le quedó claro que en Nervión ya no era bienvenido. Y es que, a pesar de haber ganado tres títulos europeos con el Sevilla, los aficionados no olvidan el verano que protagonizó el delantero, llegando a quedarse en la grada en un amistoso en Alemania pese a que inicialmente estaba en el once. Algo que también avivó la llama fue el hecho de que el presidente José Castro dijera que el Sevilla le ofrecía a Gameiro ser el mejor pagado de la plantilla e insinuar que cobraría más en Nervión que en la capital española. Declaraciones como las que acaba de hacer recientemente el jugador colchonero tampoco ayudan a calmar los ánimos.

Queda claro que las formas de irse influyen mucho en los futuros regresos al Sánchez-Pizjuán. Recientemente Davor Suker estuvo en el palco del feudo nervionense para ver el partido de Champions entre el Sevilla y el Dinamo de Zagreb. Cuando las cámaras lo enfocaron antes del comienzo del partido todo el estadio coreó su nombre. Y es que el sevilismo no olvida a quien le muestra su cariño, y Suker lo hace siempre que tiene la oportunidad.

Y es que queda demostrado que levantar plata no garantiza que seas bienvenido en Nervión ni siquiera al entrenador más laureado del Sevilla FC. El actual entrenador del Málaga, Juande Ramos, regresó al Sánchez-Pizjuan como técnico del Real Madrid tras haber dejado el Sevilla FC con la temporada empezada y con una mala racha de resultados por el reciente fallecimiento de Antonio Puerta para marcharse al Tottenham. Pese a haber escrito la página más importante de la historia del club, la grada le tiró billetes con su cara y el lema "Tan pobre que sólo tienes dinero".

Una situación similar parece que ocurrirá si Unai Emery pisa de nuevo el césped sevillista. A la afición no le ha sentado bien que tardara tanto en desvincularse del club y que, cuando lo hizo, se llevase a un pilar fundamental la temporada pasada como Krychowiak, con quien apenas está contando en el PSG. Además, conociendo de sobra la planificación sevillista, interfirió en el fichaje de Ben Arfa cuando, según palabras del futbolista, estaba a diez minutos de fichar por el Sevilla. Por si todo esto no fuera suficiente, el último día de mercado intentó convencer a Ramí de marcharse a París, lo que habría sido un duro golpe en un equipo al que no hace mucho decía agradecer la oportunidad que le había dado pero del que ni siquiera se despidió.

Y no sólo la despedida importa. El mostrar tu afecto por el club una vez te has ido como han hecho jugadores como M'Bia, Kanouté, Chevanton o Maresca hace que los aficionados siga teniendo a estos futbolistas en su corazón. Porque el cariño se gana, pero también se puede perder si haces algo que perjudique al club.

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