Lágrimas de despedida

"Los jugadores pasan, el escudo es lo que queda"

Esta frase se ha convertido en un mantra para todos los sevillistas en la época estival. Acostumbrados ya a las despedidas de los pilares básicos cada temporada, comprobamos también cómo desde el club se ofrece, a aquellos que lo merecen, una despedida a la altura de la persona que se marcha. Todos tenemos recientes las imágenes de Coke y sus compañeros llorando a lágrima viva, y, desde luego, no son las únicas.


En este artículo, repasaremos algunas de estas despedidas, haciendo especial hincapié en aquellas más emotivas. Empecemos:

Luis Fabiano
Llegó en 2005 por 3 millones de euros procedente de Oporto, y se marchó para volver a casa en 2011 por 7.6 millones, dejando, además de la plusvalía, 146 partidos jugados, 72 goles, 2 Copas de la UEFA, 2 Copas del Rey, 1 Súpercopa de España y 1 Súpercopa de Europa.
Lógico que con semejante trayectoria y palmarés el club preparara una despedida especial, en la que el brasileño no pudo evitar las lágrimas.


Andrés Palop
Otro que llegó en el mismo año que el delantero brasileño, sin embargo, el valenciano llegó y se marchó libre de contrato. No hace falta siquiera recordar su papel en la segunda Copa de la UEFA, tanto con su gol en octavos como su tanda de penaltis en la final, siendo MVP de la misma incluso. A sus 39 años, y tras un par de temporadas compartiendo titularidad en la portería, decide marcharse al Bayer Leverkusen, no sin antes despedirse del club entre lágrimas, en el último partido de la temporada, con todo el estadio entregado y coreando su nombre.


Diego Capel
Sin haber sido un jugador que haya marcado época en la historia del club, sí es cierto que el canterano almeriense de Albox dejó un bonito recuerdo para el aficionado sevillista, que recordará con alegría, además de esa cabeza agachada a la hora de conducir, ese zurdazo en la final de la Copa del Rey contra el Atlético de Madrid que nos puso por delante en el último tercio de partido.
Fue segundo jugador más joven en debutar con el primer equipo, sólo superado por “la perla” Reyes. Llegó por 30.000€ y se marchó por 3,5 millones en el verano de 2011.
En su despedida lloró desconsolado a la vera de, cómo no, Monchi.



Álvaro Negredo
El vallecano fue, de los emocionados, el que más se controló. Se le formó el nudo en la garganta y tuvo que detenerse mientras leía su carta de despedida, pero logró rearmarse y continuar.
Nada menos que 15 millones de euros pagó el Sevilla al Real Madrid que estuvieron más que rentabilizados con sus 70 goles en sus cuatro temporadas, aunque sólo obtuviéramos una Copa del Rey con él. En julio de 2013 fue traspasado al Manchester City por 25 millones de euros. Otro ejemplo del modelo de gestión del club.



Ivan Rakitic
Ejemplo de sevillanía, como él mismo se definía, hijo adoptivo de Pino Montano, pocos jugadores extranjeros se han adaptado tanto en tan poco tiempo. Llegando además a mitad de temporada, por 1,5 millones a sus 23 años, se hizo indiscutible desde que aterrizó junto a Gary Medel en la ciudad.
Tres temporadas y media después y con una Europa League, abandona el club dejando en caja 18 millones y la cesión de Denis Suárez, y no hay vez que vuelva al Sánchez Pizjuán en la cual no sea recibido como se merece. También lloró lo suyo en su rueda de prensa de despedida. Genio y figura.



Fernando Navarro
Otro gran capitán. Llegó siendo campeón de Europa con la selección, por 4,7 millones, y se marchó con la carta de libertad, pero de forma más que merecida tras cumplir con su contrato de forma intachable. Profesional, trabajador, ejemplo a seguir para los jóvenes, lo dio todo en cada partido durante sus 7 temporadas en el club, quedando para el recuerdo el momento de levantar la cuarta Europa League ya con él como gran capitán.
Tampoco pudo evitar emocionarse en su despedida al lado del presidente Castro.




Dani Alves
Llegó en enero de 2004 por 850.000€, Caparrós lo probó de extremo izquierdo, derecho, segundo delantero, lateral... El resto es historia. Posiblemente el último jugador al que el club le negó en rotundo una salida, para al año siguiente venderlo por casi 36 millones de euros. No fue mal negocio por un futbolista que jugó prácticamente todo y que con él comenzó la época de los títulos.

No pudo evitar al marcharse agradecer, entre lágrimas, todo lo que había aprendido de don Joaquín Caparrós.













Renato
Siete años, los mejores de su carrera profesional, con nosotros. Seis títulos y dos hijos, uno sevillano y el otro, adoptivo, es el legado del tercer extranjero con más partidos con la camiseta del Sevilla.
Jugador de equipo, profesional, nunca fue expulsado en sus 204 partidos, tampoco pudo reprimir la emoción el día de su adiós para volver a su Brasil natal.






Cerramos aquí este breve resumen, no sin antes recordar, a modo de “bonus track” una de las despedidas más especiales de la historia del club, pues no es normal oír a un francés de 33 años, hablar de Sevilla como un poeta en pleno pregón sobre la primavera. Os dejamos el vídeo, porque aquí, toda palabra se queda corta. 










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