OPINIÓN | Una sarta de mentiras

Rondaban las seis de la tarde del trece de marzo. El Ramón Sánchez Pizjuán se iba vaciando al grito de vuelan banderas. El Sevilla FC se colocaba a seis puntos del cuarto puesto y con el goal-average ganado…


Tras la profunda decepción, ante un Getafe hundido, el Sevilla llegaba al partido algo tocado y llegando al descanso con un 1-2 en contra. En el descanso el equipo se creció, remontó y ganó el goal-average. Quedaban ocho jornadas y tan solo distaban en seis puntos. ¿Ilusionante verdad?

Llegaba entonces el partido del Bernabéu. Todos con la moral muy alta tras la anterior victoria y el Real Madrid nos empezó a poner los pies en el suelo con un contundente 4-0 en absoluto merecido.

A partir de ahí toda una debacle. El parón decía Unai que nos iba a venir bien, sin embargo se perdía el primer partido en casa desde septiembre, se volvía a perder ante un Valencia que venía tocado y para más inri, el equipo nervionense tampoco lograba ganar en su feudo a un pobre depor.

Con esas, y tan solo la alegría y “engaño” de la clasificación a las semifinales de la UEFA Europa League, llegamos a esta última noche. Jornada intersemanal y jornada que volvemos a terminar con la cara “colorá” tras la derrota en el descuento ante un Sporting en descenso.

Ahora la pregunta es: ¿Ilusionante verdad? Pues no. La verdad es que no. Ese equipo que conseguía ilusionarnos hace tan solo un mes, nos hace replantearnos muchas cosas. Y entre ellas todas las mentiras que nos han ido contando a lo largo de toda la temporada.

La mejor plantilla de la historia del club. Tienen que adaptarse. Vaya mala suerte con las lesiones. Nos tocó el grupo de la muerte. Ya ganaremos fuera. Con ganar en casa todos los partidos nos basta… Y la más importante y reciente: estamos en una final de copa y en unas semifinales europeas.

¿De verdad nos venden la burra? Llevamos un 1 punto de 15. La peor racha de la temporada para este Sevilla. Un Sevilla que aspiraba a Champions, o eso nos querían vender, se encuentra a tan solo seis puntos de quedarse sin competición europea o lo que es peor, con la sensación de que hasta el eterno rival, hasta hace poco luchando con el descenso, nos podría arrebatar ese puesto. Un Sevilla que estaba en una final ganándole al Logroñés, Betis, Mirandés y Celta. Un Sevilla que lo apearon de la Champions en las primeras de cambio y que se ha enfrentado a Molde, Basilea y Athletic, al cual siendo el más fuerte de los nombrados se le venció en penaltis… Un Sevilla roto, un Sevilla hundido.

Señores, no se trata de humildad ni de vivir el momento, se trata de querer crecer y diciendo estamos en una final no se crece. A día de hoy este equipo no juega a nada, no genera ilusión y eso, a tan solo tres días de un derbi, a una semana de unas semifinales europeas y a un mes de dos posibles finales, discúlpenme que piense que es un problema.

Y ahora, mírenlo como quieran pero, ¿de verdad es esta la mejor plantilla de la historia del Sevilla FC?, ¿de verdad la eliminación de Champions fue por culpa del grupo?, ¿de verdad esta plaga de lesiones es simplemente una triste casualidad?, ¿de verdad pensaban que íbamos a ganar todos los partidos en casa?, ¿de verdad estar en una final y semifinal de competiciones que no están ni mucho menos ganadas les basta? A mí no señores, pero tristemente eso nos han querido y nos han conseguido vender. Ahora, juzguen ustedes…

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