El Sevilla logró contra muchos pronósticos, y tras una semana turbulenta, tomar por asalto San Mamés y quedarse con el primer choque de la llave de Cuartos de Final de la Europa League ante un duro Athletic Club. El partido fue intenso y cambiante y comenzó con el cuadro local en ventaja, pero con el correr de los minutos los pupilos de Unai Emery lograron imponer su jerarquía internacional y, aprovechando los errores de su rival, pudieron dar vuelta el resultado.
Unai Emery intentó atender estas inquietudes con un once inicial poderoso: David Soria; Coke, Rami, Kolodziejczak, Tremoulinas; N'Zonzi, Krychowiak; Vitolo, Ever Banega, Krohn-Dehli; Kevin Gameiro. El equipo de gala salvo algunas modificaciones mínimas para salir a buscar la tercera Semifinal de Europa League en este muy exitoso ciclo bajo la tutela de Emery. Su rival salió con el mismo esquema, aunque con una propuesta de menor posesión y más verticalidad, con la presencia de Eraso en el centro de la mediapunta, de Williams y Muniaín a sus costados y del implacable Aduriz Zubeldía dentro del área.
Sorpresivamente, el Athletic mantuvo la posesión en los primeros minutos y atacó por los costados aunque sin poder superar a Rami y a Kolo que rechazaron todos los envíos que cayeron dentro del área. No tardó el cuadro andaluz en emparejar las acciones, provocando un ida y vuelta que le dio muy buenos resultados: a los 11', Gameiro recibió un tiro de esquina en corto de Banega y remató de media vuelta por encima del larguero.
Vitolo y Krohn-Dehli no estaban muy conectados con el resto del equipo y los laterales no podían soltarse en ataque debido la presión constante de los dos exteriores del cuadro dirigido por Ernesto Valverde. La lesión inesperada de Tremoulinas provocó el ingreso de Fazio, pasando el argentino a jugar como central y quedando Kolo por la banda. Esta variante desequilibró por unos minutos a la defensa del Sevilla, que sufrió contratiempos luego de un resbalón de Fazio que pudo ser corregido a tiempo por un atento Rami.
La intensidad por parte de los dos equipos no se correspondía con la carencia de ocasiones de riesgo, terminando todos los avances en meras insinuaciones. El local llevaba la ventaja en cuanto a la presencia en campo rival y al mismo tiempo había logrado controlar a Banega y a Krychowiak en zona creativa. Lo que no pudo evitar fue un disparo de Banega que Herrerín rozó con la punta de los dedos y que terminó impactando en el palo, estremeciendo a todo el estadio.
Si Vitolo y Gameiro no podían progresar desde tres cuartos de campo era por la acertada labor de Balenziaga, impecable en las coberturas por la izquierda. Los dos porteros siguieron mostrando su calidad, primero Soria con una tapada notable ante un disparo de Williams desde la derecha y luego Herrerín ante Vitolo, que no pudo aprovechar un gran pase en cortada de Vitolo.
Con el cierre de los primeros 45 minutos en el horizonte, estaba claro que la apuesta de ambos entrenadores era explotar la velocidad de sus laterales por el lado del Sevilla y de sus exteriores por el lado del Athletic para romper líneas en tres cuartos de campo. Los problemas en la generación de juego habían obligado a los dos equipos a buscar el desnivel mediante disparos de media distancia sin la suerte necesaria de momento.
Algunos desajustes en la defensa del Sevilla permitieron que el Athletic se acercase en los minutos finales, con De Marcos rematando muy mordido un buen pase de Williams tras llegar al fondo desde su costado. Con mejores sensaciones, el cuadro vasco se retiró al descanso con la certeza de que acelerando un poco más iban a poder abrir el marcador.
El más eficiente dispositivo táctico del Athletic Club derivó en el ansiado gol a los dos minutos de iniciada la segunda parte: Aduriz llegó en soledad dentro del área para capitalizar un envío perfecto de Muniaín que no fue despejado por ningún defensor y remató anticipando a Coke en el segundo palo para abrir el marcador con merecimiento.
Los pupilos de Unai Emery acusaron el golpe y pocos minutos más tarde debieron agradecer una intervención notable de David Soria para evitar el segundo gol luego de un cabezazo de Etxeita ante la mirada pasiva de N'Zonzi. La pelota parada estaba siendo otra vez el gran karma del Sevilla, pero sus complicaciones fueron solventadas por un error de Muniaín que le sirvió el empate a Kolodziejczak: el mal despeje del volante ofensivo le quedó a un inactivo Banega, que se encendió nuevamente y dejó solo al central para que iguale las acciones a los 56'.
El enlace argentino se adueñó automáticamente del mediocampo, distribuyendo el balón con su habitual precisión y encontrando resquicios para dañar con sus pases filtrados. Valverde buscó renovar su ataque con las salidas de Williams y Muniaín y los ingresos de Susaeta y Lekue, encontrando efecto inmediato en un disparo potente de De Marcos que se fue a pocos metros de puerta.
Emery no le huyó al desafío y con el ingreso de Konoplyanka por Krohn-Dehli apostó a la velocidad por los costados, desactivando a Vitolo como interior también para lanzarlo como extremo. Viguera reemplazó a Eraso en el local, en un nuevo intento de acelerar tras un gol que le quitó confianza e impulso a su Athletic.
En medio de un momento de tensión, con los dos equipos sosteniendo la presión en el mediocampo pero sin lanzar demasiados ataques por temor a recibir un gol más, el entrenador sevillista hizo entrar a Iborra por Banega para así encontrar la llave del partido. La mayor velocidad del sustituto le permitió a los 83' obtener la ventaja: Gameiro recibió en el centro del campo en un contragolpe, dejóa dos rivales en el piso y con un pase de lujo dejó a Iborra cara a cara con Herrerín para que el volante empujase al fondo de la red.
El Athletic finalizó el encuentro completamente desorganizado y atacando por todos los sectores, chocando contra una línea de fondo reforzada por todos los volantes que mantuvo el peligro alejado para llevarse un muy buen resultado de un campo de juego muy difícil que deja la llave inclinada a su favor.
El Sevilla, aún sin haber superado a su rival, demostró una vez más que la Europa League es su territorio y que para sacarlo de allí se necesita mucho más que una estrategia acertada como la planteada por Ernesto Valverde. Con dos variantes decisivas y las dudas y nervios inexpliacables del Athletic alcanzó para que el vigente campeón sascase una ventaja importante de cara al duelo en el Ramón Sánchez-Pizjuán la semana entrante.
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