Sevilla FC 4-0 Celta de Vigo: La aplanadora de Unai Emery

El Sevilla tiene ya más de un pie en la gran final de la Copa del Rey, luego de una victoria más que contundente frente al Celta de Vigo en el Ramón Sánchez Pizjuán. Con una muy buena actuación, aprovechando el contragolpe letal que ha convertido en su arma principal esta temporada, destrozó sin miramientos al equipo de Eduardo Berizzo, que nunca renunció a su estilo vistoso y agresivo pero que en el golpe por golpe no tuvo ni la solidez ni la contundencia del cuadro andaluz. Dos goles del hombre del momento, Kevin Gameiro, uno de Adil Rami y otro sobre el cierre del partido de Michael Krohn-Dehli encaminaron una llave que parece resuelta, más allá de que tanto jugadores como entrenador han dejado en claro que no irán de paseo a Vigo en el choque de vuelta.





Más allá de que el Celta presentó una alineación mixta y un esquema de juego distinto al habitual (un 4-2-3-1 en lugar de un 4-3-3 más vertical, aunque en el partido a veces usó la segunda formación) nada indicaba que la parada del Sevilla iba a ser fácil. Sin Nolito, todavía recuperándose de su lesión, el cuadro de Berizzo comenzó con problemas ya que en su primer avance los rojiblancos tuvieron la apertura del marcador: centro frontal de Tremoulinas y cabezazo cruzado de Coke que salió muy cerca del parante izquierdo de portería.

El Celta trató de no sucumbir ante la presión alta del Sevilla pero en los primeros minutos se le hizo muy complicado salir por lo bajo desde el fondo. La labor de Aspas era vital para los de Berizzo, ya que con su repliegue ayudó mucho a controlar a Tremoulinas y evitar que complique con sus habituales trepadas por la banda. A los 10', el trámite estaba un poco más equilibrado, pero se luchaba mucho más de lo que se jugaba. El Celta ganó mucho terreno pero no logró ser eficiente en tres cuartos de campo como para ponerse arriba en el marcador, mientras que el Sevilla se mantuvo firme en el mediocampo esperando a que surgiesen los espacios para contragolpear.

Salvo un mal disparo de Krohn-Dehli desde el vértice del área y una volea de Vitolo que fue rechazada por N'Zonzi - que no logró correrse del medio y evitó una jugada de mucho riesgo- poco pasaba en un partido muy áspero. Las patadas llegaban de todos los sectores y desde ambos equipos, pero era el Sevilla el que seguía generando situaciones de riesgo: un buen tiro de esquina de Banega terminó en la cabeza de Rami a pasos del arco, pero Blanco respondió a puro reflejo para mantener su valla en cero.

En la jugada siguiente, N'Zonzi ganó en las alturas tras un buen centro pasado de Tremoulinas y cabeceó a colocar al segundo palo. La pelota superó al portero pero picó y salió mansa sin que nadie llegase a empujarla. El cuadro de Unai Emery ya era sin dudas el dominador de las acciones y había logrado encontrar los espacios suficientes como para romper por los costados con sus laterales y exteriores. 

Banega y Krohn-Dehli comenzaron a juntarse más seguido, armando juego en tres cuartos de campo y liberando a Vitolo, Tremoulinas y Coke para que usasen las bandas con libertad. Luego de una buena combinación entre ambos, Coke avanzó y jugó filtrado para Vitolo que fue derribado por Gómez dentro del área. El colegiado cobró penalti sin dudarlo ni un segundo, pero Gameiro ejecutó con mucha previsibilidad y Rubén Blanco confirmó su buena noche con un paradón para dejar el partido igualado en cero.

La reacción del visitante fue inmediata: Orellana armó una gran jugada individual por la banda, lanzó un centro preciso al corazón del área y Sergi Gómez estrelló el balón contra el larguero luego de un cabezazo impecable. Ya cerca del final de la primera mitad, el Celta y el Sevilla comenzaron a intercambiar avances, generando buenas dosis de peligro en el arco rival. Gameiro tuvo el gol con una media vuelta potente pero entre dos defensores lograron bloquear el balón a tiempo. Orellana lideró la réplica del Celta, quedó en posición de remate de cara a puerta pero el que terminó rematando cruzado fue Hernández. Para suerte del local, el balón salió pegado al parante izquierdo tras haber paralizado varios corazones en el estadio.

El ida y vuelta se hizo intenso en los minutos finales, con Rubén salvando ante Gameiro luego de que el francés rematase sin ángulo y Cabral salvando con lo justo ante el francés en el borde del área. Cuando parecía que los dos equipos se iban al descanso con la igualdad, Banega colocó uno de sus habituales centros de lujo y Rami saltó más alto que el resto para luego empujar el balón con la cabeza al fondo de la red. El 1-0 era justo para un Sevilla voraz, que sin estar haciendo un partido sensacional, había logrado acomodarse a las exigencias que le representaba el siempre peligroso Celta de Vigo al punto de reducirlo a algunas apariciones de Orellana y Aspas.




Los segundos 45' tuvieron un arranque complicado para el Sevilla, ya que Cabral tuvo el empate en sus pies tras un centro de Aspas pero su definición sin marca y por detrás de toda la defensa local fue muy débil a las manos de Sergio Rico. El cuadro gallego estaba dispuesto a pasar por encima a los locales, con un planteo más ofensivo que el de la primera mitad, acorralando por momentos a un equipo que necesitaba reaccionar.

Ever Banega quedó a tiro del segundo gol con uno de sus tiros libres precisos y peligrosos, pero Rubén demostró estar hecho de buena madera y mandó el balón al tiro de esquina. Con los jugadores y los entrenadores al borde de un ataque de nervios, por una supuesta falta contra Guidetti luego de una oportunidad perdida en los pies de Orellana - cuyo remate se desvió en Tremoulinas y por ello no pudo entrar al arco-, Krohn-Dehli jugó un balón bien largo para Gameiro en un contragolpe que terminaría siendo letal. El francés se sacó de encima a su marcador y definió a puro lujo contra el ángulo izquierdo sin dejar ninguna duda en esta ocasión. El 2-0 llegaba en el mejor momento del Celta, que iba a tener que olvidarse del resultado para poder encontrar un gol que lo pusiese de nuevo en partido.

La defensa de los vestidos de negro y rojo quedó completamente desarmada luego del gol y esto lo aprovechó un Sevilla inteligente para ceder el balón, esperar cerca de propia puerta y salir en largo para jugar mano a mano contra los centrales del Celta. Y con otra recuperación cerca del área, llegó el tercero que desató la fiesta en el Sánchez Pizjuán: Banega recibió en corto de Coke y sacó un pase largo fenomenal a espaldas de los defensores para que Gameiro gane en velocidad y defina por debajo de las piernas de Rubén con mucha calidad. Un 3-0 humillante en favor del Sevilla, que aplastaba no tanto por lo vistoso y lujoso de su juego sino por lo práctico que había resultado ser el plan táctico y estratégico de Unai Emery. 

Coke tuvo el cuarto con un cabezazo tremendo, pero el esférico se fue rozando el palo ya sobre los 70'. Carrico ingresó en lugar de un sólido Cristóforo y una vez más Coke remató en posición de gol pero sin el control necesario como para dejar la serie más que planchada. Luego de un cruce salvador de Kolo ante Orellana, Emery realizó su segunda modificación, poniendo a Konoplyanka en lugar de Banega con 15' por jugarse. Krohn-Dehli pasó al centro de la mediapunta como enlace y el ucraniano se quedó con la banda izquierda. 

Beauvue tomó el lugar de Guidetti en el Celta, buscando un gol que le devolviese vida y al instante Llorente reemplazó a Gameiro en el cuadro andaluz. Luego de unos minutos turbulentos, con muchas entradas al límite, Berizzo buscó aire con la entrada de Marcelo Díaz en lugar de Wass y logró darle impulso al mediocampo. Orellana tuvo el descuento pero Rico se estiró muy bien ante su disparo cruzado y sin dar rebote evitó el primero del Celta. Más allá de esta acción aislada, con lo que se chocó el equipo de Berizzo fue contra la eficacia de un Sevilla letal que cerró la puerta con llave a los 87': Vitolo recuperó en el círculo central y ante la enorme cantidad de espacios entre los dos centrales del rival, habilitó con un gran pase filtrado a Krohn-Dehli y el danés no perdonó ante Rubén marcando el 4-0 definitivo. Un golazo del volante creativo del Sevilla, que por estar muy identificado con el Celta de Vigo apenas si apretó el puño, pues tenía la certeza de que el pase a la Final estaba en el bolsillo. 

Tras algunos centros desesperados de parte del visitante, el árbitro dio por terminado el partido y el Sánchez Pizjuán estalló en algarabía. El Sevilla con mucha jerarquía, aplicación táctica y aplomo, había logrado ir demoliendo de a poco a un gran rival como el Celta de Vigo para dejar la eliminatoria prácticamente definida. Un gran paso hacia adelante de un equipo que sigue en ascenso y que a pesar de algunos baches, ha aprendido tanto a jugar como a sufrir y - lo más importante- a poder salir vivo de la experiencia. 





Ficha Técnica:


Alineación del Sevilla FC: Sergio Rico; Coke, Rami, Kolodziejczak, Tremoulinas; Cristóforo (Carrico), N'Zonzi; Vitolo, Banega (Konoplyanka), Krohn-Dehli; Kevin Gameiro (Llorente).

Alineación del Celta de Vigo: Blanco; Jonny, Gómez, Cabral, Mayo; Wass (Díaz), Radoja; Orellana, Hernández, Aspas; Guidetti (Beauvue).

Tarjetas: Fueron amonestados los jugadores Rami, Krohn-Dehli, Llorente y Coke en el Sevilla FC y Aspas, Gómez, Wass y Radoja en el Celta de Vigo.

Goles: 1-0 (Rami, 45'), 2-0 (Gameiro, 59'), 3-0 (Gameiro, 62'), 4-0 (Krohn-Dehli, 87').

Árbitro: Carlos Clos Gómez.

Estadio: Ramón Sánchez Pizjuán (36.659 espectadores).

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