Hoy el Borussia de Monchengladbach visita Sevilla y no les va a ser un trámite.

Imposible no recordar momentos históricos en nuestro club. Las UEFAS conseguidas quizás sea el trofeo más identificativo del club (quitemos el quizás). La última el año pasado. Parece un sueño,¿no? Quién lo diría a principio de temporada: un equipo embarcado en un nuevo proyecto se alza con la UEFA, trofeo que levantó incluso Antonio Puerta. Si el Sevilla FC fue capaz de ganarla con un equipo que empezó la temporada como colista, ¿con este equipo qué sucederá? Batiendo el récord de mejor primera vuelta de su historia, un año sin perder en la competición regular en casa, cuartos en liga, plantando cara a los dos caraduras de la Liga, valga la redundancia. Con este equipo seríamos, por esa regla de tres, campeones de Europa de sobra. Aunque eso no es fácil.

Ya superada la fase de grupos en UEFA llega lo difícil. Eliminatoria a eliminatoria se consiguió la temporada pasada (perdonad mi espesez con la pasada campaña europea) con heróicas tales como la eliminación a un descendido Real Betis, un 4-1 al Oporto o, la ya mítica por la eternidad, remontada en Mestalla. Ahora pisamos sobre mojado; sabemos donde saboreamos la gloria y sabemos donde vamos a sufrir tras haber pisado tantas veces el fracaso y el olimpo de la gloria europea. El jueves el club andaluz tramita su primer bache ante un Borussia Mönchengladbach que no se anda con chiquitas en la Bundesliga por lo que, imaginemos, que menos en Europa.

Todo esto en medio de la incompetencia de un Castro manejado por los 'Del Nido Boys' tal y como, con demasiada razón, el portavoz del mágico Gol Norte les ha bautizado a los individuos que se dedican a crear guerras internas con simples falacias e intentos de, como si de una dictadura se tratara, acallar las voces de miles de aficionados al deporte rey, que uno que se cree rey (Tebas) destroza con imperiosas formas recordantes, valga la repetición, al fascismo llevado al fútbol.