Análisis táctico: Dnipro - Sevilla
Bonita final de Europa League la
que nos dejaron estos dos equipos. El ya veterano tricampeón Sevilla contra la
revelación del campeonato, capaz de eliminar al Ajax, Olympiakos y Nápoles, el
Dnipro de Myron
Markevych. Vayamos pues a analizar esta final, caótica en la
primera parte y algo más reservada en la segunda.
Fernando Navarro levanta la cuarta copa de UEL para el Sevilla FC | Imagen vía BBC |
Empecemos. Onces
esperados pero con alguna novedad en ambos equipos. En el Dnipro, el delantero
Kalinic entró por Seleznyov, el cual apuntaba a ser el titular, y Mattheus
por Luchkevytch. En el equipo de Emery, lo habitual salvando la presencia de
Aleix Vidal en el lateral derecho.
Todo
apuntaba a una idea de partido: Sevilla con la iniciativa frente a un Dnipro
replegado esperando la contra y su baza de Konoplyanka. Los que desconocían a
este último jugador, se quedaron bastante sorprendidos cuando el gran Julio
Maldini decía que era el más talentoso de la final. Puede que esto no
se reflejase totalmente en dicho partido, pero los que pensaban que se trataba
de un exagerado comentario pudieron ver que no lo era.
El Dnipro se adelanta en el partido | Imagen vía El País |
Inicio de
partido y la teoría se confirma, Sevilla intenso que ya goza de dos ocasiones;
Bacca remata hacia arriba un balón suelto y Reyes es derribado en el área,
provocando un penalti que en otro momento del partido quizás se hubiese pitado.
Pero el primer acierto lo tendría el Dnipro, o mejor dicho, su entrenador.
Balón colgado desde la zaga que Kalinic baja, Mattheus llega a línea de fondo y devuelve
para el punta, que anota el 1-0. Curioso, el gol lo propician las dos novedades
en el once del equipo ucraniano.
Pedía Unai
Emery calma porque parecía que el partido se complicaba. Si alguna teoría había
a favor del Dnipro, era la de que podía adelantarse y cerrarse bien, como ya
había demostrado en partidos exigentes como en el del Nápoles. Defender el
resultado y aprovechar las contras eran algunas de sus bazas, y en el minuto
seis ya había hecho las dos cosas.
No obstante,
otros muchos decían que a favor del Sevilla estaba la experiencia de haber
disputado ya tres finales de este tipo. También acertaron; el equipo no baja
los brazos y adelanta su defensa a mediocampo, cuando el conjunto ucraniano
intenta salir, los trabajadores Mbia y Krychowiak cortaban todos los balones
sin excepción. Se veía venir el gol sevillista. Tras varias ocasiones a balón
parado, Banega por enésima vez cuelga al área, Bacca controla, y Krychowiak
tirando más de garra que de técnica, manda el balón al fondo de las redes
(27´).
Bacca consiguiendo el gol final del partido | Imagen vía El País |
Inyección de
moral para el Sevilla que durante los minutos de reacción tras el gol, hasta
conseguir el empate, nos ofreció un tramo en el que realizó el mejor juego de
su temporada: intensidad, técnica y hambre de victoria. Poco podía hacer el
Dnipro mas que esperar que el despliegue físico del Sevilla bajase un poco.
Mientras tanto, genialidad de Reyes en el minuto 30, deja solo a Bacca y este
no perdona en una de las citas en las que no suele hacerlo.
Con la
remontada, el Sevilla empezó a ser más precavido y se produjo una de las
claves; el hacer que Konoplyanka no tuviese que ayudar en defensa, le dio más
protagonismo. El partido se volvió una auténtica locura para el disfrute del espectador,
máxime cuando Rotan marca de libre directo, una maravilla de gol (43´). Antes, Konoplyanka
empezó a dejarnos algunas muestras de su calidad, corroborando aquello que nos
decía Maldini.
En la
segunda mitad, el partido se hizo más táctico, y sí, también ganó en desencanto.
El Dnipro subiría las líneas y buscaría más la retención del balón buscando no
encontrar al Sevilla intenso del ecuador de la primera parte. Partido pues,
bastante distinto. Pero si por algo destaca Emery es por saber ofrecernos dos
tipos de juego muy distintos, el
agresivo para tomar la iniciativa y el de equipo compacto que hemos podido ver
numerosas veces frente a Barcelona, Fiorentina o Monchendgladbach.
Coke y Mbia celebran la victoria | Imagen vía El País |
Desde el gol
sevillista, el Dnipro metió a su otro punta y busco otras variables, pero realmente
no supo manejar una situación en la que el Sevilla se hacía grande y empezaba a
tomar la batuta del juego. Para colmo, Mattheus se desvanece en el terreno de
juego y lo abandona en camilla ya con el conocimiento recuperado. Un jugador
menos y empatar una final al tricampeón de la competición, cosa difícil y que
resultó ser imposible.
Hasta aquí
un denso resumen del transcurso táctico del partido, ahora vayamos con los
nombres y aspectos que marcaron el juego de esta final:
Konoplyanka.
Nos ofreció dos caras. Al final de la primera parte y durante la segunda, la
buena. Jugador desequilibrante y con buen golpeo, capaz de crear peligro de
donde no lo hay. Pero durante la primera hora de juego no apareció, y si con el
1-0 lo llega hacer, el Sevilla hubiese pagado caras las consecuencias. Aun así,
muchas ganas de ver progresar a este gran futbolista.
Bacca. No
nos dejó ninguna de sus arrancadas desde mediocampo ni acciones individuales
importantes, pero eso sí, demostró que es el mejor nueve de la selección cafetera,
por delante de Falcao. Dos goles y una asistencia en una final en la que
dispuso de pocas ocasiones más.
Bandas.
Sabía el Dnipro que era una de las fuertes del Sevilla y las combatió bien.
Vitolo bien tapado y Aleix sin lograr muchas de sus llegadas a línea de fondo.
Muy bien los ucranianos en este aspecto.
Banega-Reyes.
El rosarino capaz de hacer el regate con un juego de pies que le hacen no
acusar su falta de velocidad. Esto, acompañado de reparto de juego y la capacidad
de medir centros en jugadas a balón a parado, le proclamaron ser el MVP del partido. Reyes, impreciso en muchos
tramos, volvió a mostrar que pocos jugadores tienen su visión de juego. Regate
en mediocampo y balón que cuela entre los centrales para dejar solo a Bacca. Ni
congelando la imagen hubiésemos visto posible esa asistencia. El de Utrera, lo
hizo fácil.
Experiencia.
Clave el momento en el que vemos como la cámara enfoca a Emery, que tras
encajar el primer gol pide calma a sus jugadores. Más que calma fue un “hacedlo
como lo hemos planeado”. Los hispalenses siguieron con su planteamiento y
consiguieron el resultado, la remontada. El Dnipro supo aprovechar la acción
individual de Rotan al filo del descanso y aportar más valentía en la segunda mitad,
pero la situación le superó. El ejemplo de ello, el tercer gol sevillista;
balón mal despejado y ningún jugador es capaz de sacar el esférico en una
jugada bastante fácil para la zaga, que acaba aprovechando Vitolo.
Dos hombres clave en el éxito de este Sevilla, Unai Emery y Ever Banega | Imagen vía El País |
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